Por Neresino
Este artículo habla de la efectiva dieta de los enigmas que comenzó con la facilidad del Inspector Sospechas para digerir todas las "mindtraps".
Mindtrap es un juego de mesa que salió a la venta en 1997, con una estética como de retrofuturismo de videoclip y con muchas tarjetas que contenían enigmas escritos. Descubrirlo fue la epifanía.
Nunca llegamos a jugar en condiciones, todo hay que decirlo. Con esto me refiero a utilizar tablero o algún elemento similar. Ni siquiera seguimos unas instrucciones porque no recuerdo que existiera preocupación alguna por su existencia. Nuestras ansias por resolver el siguiente enigma nos hicieron pasar por completo del noventero packaging y devorar las tarjetas sin parar.
Nos convertimos, sin saberlo, en unxs absolutxs fanáticxs de los escapes y el Inspector Sospechas fue nuestro primer Game Master en la disciplina del pensamiento lateral. Lo sabía todo, claro. Una especie de Sherlock que nunca pudo alcanzar la misma fama. Si bien es cierto que sus sospechosxs tenían nombres de lo menos fiables, por eso el matrimonio Trampas y Mal Hechor resultaban ser personas de evidente travesura. Por eso Alfredo Fanfas y Víctor Tretas siempre hacían de las suyas y el inspector estaba preparado de antemano. En definitiva, la persona encargada de las traducciones alucinaba sin parar con los guiños del guión, que yo lo sé.
Elevamos la necesidad de disponer de estas tarjetas al nivel del cepillo de dientes. Si no las teníamos físicamente, nos las ingeniabamos para buscar las pequeñas dosis de acertijos por otros medios. Nuestra evolución pasó por disfrutar de diferentes libros o juegos relativamente parecidos a amenizar nuestros viajes con preguntas de lógica entre rotondas y absurdas soluciones intercaladas con la voz del GPS. También nos acompañaban en los cafés y en algunas noches de verano, con los ojos acartonados de pensar de madrugada.
Esto fue solo el inicio, los antecedentes, un aproximación al marco teórico. El resto siguió la evolución necesaria de nuestra especie.