Aquí os traemos la review de una de las mejores salas que hemos jugado hasta el momento, “El secuestro”, una auténtica obra maestra de Cubik, una sala necesaria e imprescindible en vuestra ruta de escapes.
Las expectativas sobre Cubick nos llevaron a hacer “click” en los dos salas que tienen en Mataró. Las reservamos seguidas, casi sin pausa, unicamente unos 15 minutos en los que tomar el aire, que inocentes. Porque hay una cosa común en los juegos de Cubick y es que vais a necesitar energía ya que la dinámica va tomando la intensidad de un thriller.
En primer lugar completamos “la entrevista” e inmediatamente despues estábamos inmersos en "El secuestro", algo cansados, pero con ganas de disfrutarlo. Y allí estábamos los cuatro, ensimismados, disfrutando de ese macabro entorno, pero queriendo reaccionar, ya que la vida de una niña pendía de un hilo. Nosotros éramos los elegidos para liberar y salvar a la hija de un ministro, una misión que su raptor no nos iba a poner nada fácil.
No esperábamos un lugar tan real, elegido con mucha astucia por el secuestrador. Una ambientación brutal que nos transportó sin esfuerzo alguno a ese mundo, entregándonos por completo a su juego. Una estampa de lo más cinematográfica.
El ambiente era hostil, retándonos continuamente a salir de él con vida, a conseguir nuestra misión y estrujarnos la sesera para ello. Una inmersión total de principio a fin, en la que los elementos sensoriales al completo juegan un papel muy importante. Vivimos un final muy loco, descontrolado, entre gritos y carcajadas intentábamos seguir, pero los nervios y la presión que imponía esa prodigiosa puesta en escena de todos los elementos conectados estaba marcando nuestra sentencia de muerte. Aún recordamos entre risas como corríamos, cuales pollos sin cabeza.
Las pruebas son ingeniosas, originales. Todo esta relacionado y teníamos que rescatar los objetos de su asfixia entre polvo. Un juego no lineal ya que es necesario dejarse llevar por la narrativa para descifrar el vínculo entre todos los rompecabezas. Una vez más, Cubik nos pone a prueba con el trabajo en equipo y la comunicación.
Una experiencia que te lleva al límite, en la que el Game Master tiene un papel fundamental, proporcionándote carcajadas y agobio a partes iguales y equilibradas. Una figura que motiva pero estresa de manera que la ayuda o las pistas provienen, perfectamente integradas, de esta combinación.
En resumen, este juego provoca una mezcla de sensaciones perfecta para el homo escapensis que pueda desarrollar, en ocasiones, cierta tolerancia a las salas mas clásicas y necesite, de vez en cuando, una experiencia de intensidad 360.
